Los abogados de Shakira estaban convencidos de que podían ganar el caso. La cantante colombiana enfrenta desde hace tres años la acusación de defraudación fiscal en España. Las autoridades de aquel país aseguran que la cantante vivió en Barcelona entre los años 2012 a 2014. O por lo menos estuvo en esa ciudad más de la mitad del año, lo que la obliga a pagar impuestos en España.
Pero Shakira asegura que no, que sólo estuvo en Barcelona en lapsos breves ya que su residencia estaba en Miami.
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¿De qué se le acusó a Shakira?
La fiscalía pedía ocho años de cárcel por la acusación de defraudación de 14.7 millones de dólares, es decir, unos 257 millones de pesos aproximadamente.
"Me sentía lista para enfrentarme a un juicio y defender mi inocencia. Mis abogados estaban convencidos de que teníamos un juicio ganador. Sin embargo, después de muchos años de lucha, he tomado esta decisión”, publicó Shakira tras haber salido este 20 de noviembre de una audiencia en la que se anunció que había llegado a un acuerdo.
Ese acuerdo evitará que la cantante vaya a la cárcel mediante el pago de dos conceptos: devolución de impuestos no pagados y una multa.
El primero de ellos significó que Shakira pagó a Hacienda los 14.7 millones de dólares que reclamaba por los impuestos calculados de 2012 a 2014.
Además, Shakira pagó los intereses acumulados (unos 3.2 millones de dólares), por lo que la sentencia se redujo de ocho años y tres en prisión.
Una vez que se confesó culpable y que pagó tanto la devolución como los intereses, recibió una sentencia de tres años, la cual permuto por un pago de 437 dólares por cada día de cárcel permutada. De modo que desembolsó 470 mil dólares para estar en libertad.
En suma, Shakira pagó a Hacienda 18 millones de dólares.
¿Por qué se declaró culpable?
La decisión de declararse culpable aseguró en un comunicado, es que a pesar de que es inocente, no quería desgastarse emocionalmente y mucho menos perjudicar la vida de sus hijos.
Aseguró que fueron ellos (Milán de 10 años y Sasha de 8) quienes la convencieron de que era mejor llegar a un acuerdo antes de quedar entrampada en un largo juicio en el que al final “ganaría, pero lo perdería todo”.
“Una loba siempre elige a la familia”, escribió Shakira en cuenta de Instagram
"Tenía dos opciones: seguir peleando hasta el final, hipotecando mi tranquilidad y la de mis hijos, dejar de hacer canciones, álbumes y giras, sin poder disfrutar de mi carrera y las cosas que me gustan, o pactar, cerrar y dejar atrás este capítulo de mi vida mirando hacia adelante".