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Lo que nadie te dice de ser mamá primeriza

Nadie nacemos aprendiendo a ser padres y tampoco es algo que te enseñen en la universidad, es un proceso lleno de sorpresas y no todas son agradables

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¿Por qué no me contaron esto? ¡Me hubiera preparado mucho mejor! No se trata de asustar a nadie, pero siendo completamente realistas, ser mamá no es tarea sencilla. La maternidad es catalogada como una de las experiencias más gratificantes de la vida; las mujeres que ya son madres animan a sus amigas -- y si me apuran a todo el que se atraviese-- a embarazarse.

No obstante, hay muchas cosas de las que nadie te avisa cuando vas a tener hijos y que muy poco tienen que ver con risas y felicidad. Alondra Morales Santiago, coach de vida y laboral , CEO de CI Evoluciona, nos cuenta algunos de los retos que viven quienes se convierten en mamás por primera vez.

(FOTO TOMADA DE PIXABAY)

Las primeras dos semanas de vida de tu hijo son muy difíciles.

Muchas veces, es una montaña rusa hormonal. Crees que no podrás cuidar bien a tu bebé, amamantar no es nada fácil, nadie te entiende, sientes que estás fea y gorda, y que todos te critican. Miras a tu precioso bebé y a veces te derrites de amor y otras te sientes culpable de no estar saltando de felicidad, o de no saber por qué llora, y, por si fuera poco, no falta quien te pregunta "¿No estás contenta?".

Ahí ya te consideras a ti misma como la peor madre del mundo y, sin embargo, debes continuar, porque hay una nueva persona pequeñita que depende de tus cuidados para sobrevivir.

Pero, no te desesperes, esto pasa; en la medida que pasa el tiempo te irás haciendo más experta en sus cuidados y en sus estados de ánimo y le irás "agarrando la onda" a ser mamá. Tente paciencia y ten en mente que te esperan momentos maravillosos con tu nuevo bebé.

(FOTO TOMADA DE PXHERE)

Las visitas estorban, salvo que vayan a ayudar.

Antes de naciera el bebé pensaste en qué les darías a tus visitas y te imaginaste guapísima recibiéndolas, con un precioso bebé oloroso a recién bañado. La verdad de las cosas es que es la una de la tarde y no te has podido meter a bañar, el bebé se acaba de vomitar y en ese momento suena el timbre: son tu tía Laurita y tu prima, la Chachis. Ni modo, pero que no esperen que te sientes a compartir tu día a día.

Además, es probable que en tus ratos libres (15 minutos al día o menos) sólo quieras dormir y no recibir gente con regalos para tu bebé (porque nadie piensa en un regalo para ti) y te preguntan las mismas cosas de siempre: ¿Y cómo es? ¿Te dolió el parto? ¿Te cambió la vida o no? ¿Quieren tener otro? Me imagino que irán por la parejita…No te sientas culpable si es hora de amamantar al bebé y prefieres hacerlo en privado, si te quieren esperar, bien y si no..., ¡también!

No se trata de ser grosera con nadie, pero sí sé firme y respeta las horas de comer, dormir y del baño del bebé, estás justo en la etapa en la que establecer un horario regular es crucial para el óptimo desarrollo del bebé y para tu descanso.

(FOTO TOMADA DE PIXNIO)

Piensas en alguna idea que puedas patentar para ahorrar en los pañales.

Son caros, y se van muy rápido. Y no es opción economizar dejándoselos por mucho rato, porque una rozada es del terror.

(FOTO TOMADA DE PIXABAY)

Te enteras que tu madre y tu suegra eran perfectas, y no te explicas como no les dieron el Nobel a las mejores madres.

Y eso que ellas no vivieron con tantas comodidades y tanta modernidad como tú. Tal vez será porque en esos tiempos la meta de la mujer era casarse y tener hijos, y convertirse en una madre modelo; no existían tantas oportunidades por el simple hecho de ser mujer, y por cierto, hay que tener en cuenta que la “autocalificación” de ser buena madre es muy propia de la generación de nuestras mamás.

En muchos casos, era su única misión en la vida, ser madre y ser buena para ello, puesto que sus esposos eran los proveedores, encargados de que no faltara nada, mientras la mujer se encargaba de la casa y de la crianza, difícilmente alguna aceptaría no tener las aptitudes para ello.

No te castigues si no eres una "mamá de 10"; estás aprendiendo y en tu vida hay muchas otras cosas además de la maternidad. Tente amor y paciencia.

(FOTO TOMADA DE PIXABAY)

A veces tu bebé no te caerá bien.

No, no hagas esa cara, claro que lo amas y adoras, ése no el punto. Amar y caer bien son dos cosas distintas. Una buena madre siempre ama a sus hijos, pero todas nos hemos sentido tentadas a salir huyendo cuando un niño hace un berrinche en un restaurante o tienda, cuando le contesta mal a tu propia mamá o cuando le arrebata un juguete a otro niño o no acepta compartir. 

Si la bendición tiene una hora llorando sin parar, te caes de sueño y tienes que levantarte temprano para ir a trabajar, no, tu bebé no te caerá bien. Dicho lo cual, eso no te hace una mala madre. Uno se sobrepone, y el final, el amor se impone. Lo arrullarás, se dormirá y te volverá a caer bien, tenlo por seguro...