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Mitos y realidades del manicure con gelish

Desvelamos cuales son las ventajas y riesgos de aplicar este procedimiento a la hora de tu manicure

Escrito en TENDENCIAS el

El gelish es actualmente una forma muy popular de manicure debido a que luce muy bien y dura mucho tiempo. Se trata de la evolución de las uñas postizas, que eran extensiones que simulaban una uña más larga, fabricadas en plástico o acrílico, el gelish, en cambio es una especie de esmalte de alta dureza que se aplica directo sobre la uña natural y que puede moldearse para crear uñas largas o cortas, con la forma que se prefiera y con múltiples apliques, si se desean. 

A diferencia de un esmalte convencional, que suele tener un tiempo de vida en promedio de una semana, el gelish tiene una durabilidad mucho más prolongada que va de las tres a cuatro semanas, manteniendo su brillo y color sin descascararse durante todo este periodo. 

 


 Foto Pexels 

 

 

Durante su aplicación, se fija una primera capa de base, que es similar a un ‘primer’ cosmético, que ayuda a dejar la uña lista y preparada para el resto de la rutina de manicure. Luego, se aplican dos capas de gelish, que puede ser transparente o de color —en caso de ser tráslucido, se aplica después un esmalte de color—. Por último, se termina el proceso con una capa final de brillo. Terminando este procedimiento, las uñas se ponen bajo la luz de lámparas de LED o de rayos ultravioleta, para que el material se fije y se termine con el secado. 

Es así como se obtiene un manicure que tiene una amplia durabilidad y que prácticamente no se daña ni se deteriora hasta que lo remueves, razones que lo convierten en una excelente alternativa para mujeres que no tienen tiempo de acudir periódicamente al salón, que sufren de uñas débiles y quebradizas o que tienen el mal hábito de morderse las uñas. 

Durante su aplicación, se fija una primera capa de base, que es similar a un ‘primer’ cosmético, que ayuda a dejar la uña lista y preparada para el resto de la rutina de manicure. Luego, se aplican dos capas de gelish, que puede ser transparente o de color —en caso de ser tráslucido, se aplica después un esmalte de color—. Por último, se termina el proceso con una capa final de brillo. Terminando este procedimiento, las uñas se ponen bajo la luz de lámparas de LED o de rayos ultravioleta, para que el material se fije y se termine con el secado. 

Es así como se obtiene un manicure que tiene una amplia durabilidad y que prácticamente no se daña ni se deteriora hasta que lo remueves, razones que lo convierten en una excelente alternativa para mujeres que no tienen tiempo de acudir periódicamente al salón, que sufren de uñas débiles y quebradizas o que tienen el mal hábito de morderse las uñas. 

 

  Foto Pexels

 

Aunque a simple vista parece inofensivo el procedimiento, médicos y especialistas en salud han advertido sobre los riesgos de abusar de este tratamiento de belleza, ya que en los últimos años ha habido un aumento de casos de cáncer de piel, que ha derivado del uso de los secadores de luz que se emplean durante este proceso. 

“Anualmente se detectan 16 mil nuevos casos en el país donde los cánceres basocelular o escamoso son los más frecuentes por la exposición constante y sin protección al sol o rayos UV”, alertó el médico Raúl Rivera Márquez, especialista en oncología del Hospital General Regional (HGR) número 1, en Ciudad Obregón. 

 

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Por ello, sugiere que previo a someterse a dicho procedimiento de manicure con gelish, se aplique bloqueador solar en las manos, para reducir el riesgo de desarrollar este cáncer. 

Además, de este peligro a la salud, existen otras desventajas sobre aplicar este tratamiento, como es que, al estar la uña cubierta por las capas de gelish, no se dé una respiración adecuada, lo que puede llegar a fomentar la aparición de bacterias y hongos. De igual forma, la falta de oxigenación provoca que la uña se debilite y tienda a decolorarse.  

Es por ello que la recomendación para recurrir a las uñas con gelish se limite a ocasiones especiales, como fiestas o reuniones particulares o para un viaje a la playa, para evitar causarle daño frecuente a las uñas y manos. 

Lo mismo aplica con el esmalte convencional. Lo ideal es dejar también descansar a las uñas de los productos de belleza, desde la acetona y los barnices; en su lugar, se recomienda dejar las uñas algunos días libres para que respiren y crezcan de manera natural.  

 

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