La rotación de la Tierra es uno de los movimientos fundamentales de nuestro planeta. Consiste en girar en torno a su propio eje, lo cual genera el día y la noche. Pero, ¿qué ocurriría si un día la Tierra se detiene?
La Tierra se encuentra en constante movimiento alrededor del Sol a una velocidad promedio de 107,280 kilómetros por hora. Recorre esta enorme distancia en 365 días, que equivalen a un año. Sin embargo, ¿qué sucedería si de repente el planeta se detiene?
La Tierra ha estado girando durante aproximadamente 4,600 millones de años, desde su formación en nuestro sistema solar. Este movimiento se debe a las mismas fuerzas que dieron origen al Sol y a todo lo que lo rodea. La Tierra mantiene su movimiento debido a la inercia de la nube de partículas que la conformaron.
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Según el Instituto de Astronomía de la UNAM, la Tierra gira sobre su eje de oeste a este, al igual que los demás planetas del sistema solar. Además, realiza una órbita elíptica alrededor del Sol, abarcando una distancia de 930 millones de kilómetros. Esta rotación se originó debido a las colisiones de asteroides, que al chocar con el planeta le dieron impulso para empezar a girar.
¿Qué pasaría si la Tierra dejara de girar?
Entonces, ¿qué sucedería si la Tierra se detiene por completo? De acuerdo con la UNAM, si esto ocurriera, los días no durarían 24 horas como actualmente, sino un año completo. Como consecuencia, el planeta se congelaría debido al frío extremo.
Durante las primeras semanas, la temperatura no sería extremadamente baja, pero a medida que pasa el tiempo, alcanzaría los -50 grados centígrados, provocando la congelación de los océanos y de toda el agua en el planeta.
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Por otro lado, las regiones expuestas a la luz solar serían afectadas por un calor insoportable. Las plantas sufrirían una clorosis extrema y la fotosíntesis se detendría, llevándolas a la muerte.
Pero, ¿qué ocurriría si la Tierra girara en dirección contraria? Actualmente, nuestro planeta gira en sentido contrario a las manecillas del reloj, si tomamos como referencia la estrella polar. Si la Tierra girara al revés, o sea en sentido contrario, el año sería dos días más largo. Cada día, tal como lo conocemos ahora, de 24 horas, duraría 8 minutos menos.
En caso de que la Tierra cambiara su sentido de rotación, nuestro planeta daría más vueltas sobre sí mismo antes de completar una revolución alrededor del Sol.
Puede resultar curioso que no sintamos que la Tierra se mueve. A pesar de que la aceleración de la Tierra es considerablemente rápida, los habitantes del planeta no percibimos esa aceleración o desaceleración. Esto se debe a que la velocidad de rotación y la velocidad orbital se mantienen constantes.
Según la Ley de la Velocidad, cuando la velocidad es constante no hay aceleración. Para poder sentir los efectos del movimiento, se requiere un cambio en la velocidad y dirección, es decir, una aceleración provocada por una fuerza.
Por ejemplo, solo notamos el cambio de velocidad al realizar actividades como conducir un vehículo o correr rápidamente. En situaciones cotidianas, nuestra sensación de estabilidad se debe a que estamos en constante movimiento junto con el planeta, sin percibir su aceleración o desaceleración.
En conclusión, si la Tierra se detuviera, las consecuencias serían catastróficas tanto por el frío extremo como por el calor insoportable. Afortunadamente, la rotación del planeta continúa y, por ahora, podemos disfrutar de la vida tal como la conocemos.