A pesar de que como cantante y actriz ha cosechado muchos éxitos, en su vida personal, Rocío Banquells enfrentó el dolor más grande que una madre puede vivir: no tener contacto con uno de sus hijos, porque su entonces esposo, Jorge Berlanga se lo quitó.
“Muy hábilmente Jorge me lo quitó, se despareció. Por más que lo busqué y quise encontrarlo no supe de él 5 años. Lo que más me dolió fue perder los años de adolescencia de mi hijo, me perdí su proceso de crecimiento”.
Durante cinco años, Rocío vivió con la incertidumbre de saber si su hijo estaba bien, tiempo en el que se sintió desolada y muerta en vida, pero siguió adelante, gracias a que tenía otra hija que no la dejó derrumbarse.
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“Me arrebataron a mi hijo cinco años, no sabía si está bien, si estaba mal, si me necesitaba, si comía. No sabía qué lado de mi ser estaba totalmente muerto y por otro lado tenía otra hija y tenía que seguir respirando y salir adelante”, compartió en una entrevista con la periodista Matilde Obregón.
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Rocío Banquells: “me arrebataron a mi hijo cuando iba a cumplir 15 años”
Después de cinco años, logró reunirse con su hijo, gracias a que Rodrigo Berlanga Banquells regresó sola por una brinca que, tuvo en España por su papá, pero no sabía cómo tratarlo porque se fue de 15 años y regresó de 22; no sabía cómo relacionarse con él, debido a que fue siendo un adolescente y regresó como un joven triste y frustrado.
“Me lo arrebataron cuando iba a cumplir 15. Me tocó un regreso de un chavo de casi 22 años. Yo decía ‘¿quién es?’ Quería seguir tratándolo como adolescente y como mi bebé. Me encontré con un chavo serio, introvertido, que parecía de 40. Fue terrible, yo ya no tenía lágrimas, pero hoy qué bueno que viví eso porque aprendí mucho, cambié para bien y llevamos una buena relación”, agregó.
Hoy en día, con más de 30 años, Rocío Banquells se enorgullece del hombre en el que se ha convertido su hijo, y a pesar de los momentos de angustia que vivió, logró reconstruir su relación con él.
“Es un hombre de bien; está bien. Hoy por hoy es trabajador, sacó esa disciplina que llevamos cargando desde mis papás. Los años que viví con él sí sirvieron. Tengo la fortuna de decir que tengo dos hijos honestos y honrados; me enorgullecen porque sí me costó estar en sus momentos importantes y hoy los estoy disfrutando”.